Cocaína de Sudamérica inundó Puerto de Amberes, Bélgica

El país se convirtió en una puerta de entrada de las drogas ilegales en Europa. En 2022 se incautaron 110 toneladas de coca, un registro.

España es tradicionalmente la puerta de entrada a Europa de la cocaína del sur y el centro de América, pero esos tiempos acabaron.

Desde hace años y debido al mayor control en los puertos españoles ya la pérdida de influencia en el mercado ilegal de estupefacientes de los carteles gallegos, esa puerta de entrada se ha ido moviendo al norte, principalmente a los puertos belgas y holandeses.

Los informes de la agencia especializada de la Unión Europea advertían desde hace años, pero los datos de 2022 marcan un repunte inaudito.

Amberes es ya la gran puerta a Europa de la cocaína y por primera vez el año pasado Bélgica incautó más de 100 toneladas de coca, una cifra a la que ningún país europeo había llegado nunca.

Las 110 toneladas incautadas en el año pasado duplican a las 52.5 que consiguieron interceptar los servicios de seguridad holandeses y multiplican por tres lo incautado en España.




Contenedores en un buque de carga en el puerto de Amberes, Bélgica, este miércoles. Foto: AP

Amberes, segundo puerto europeo por volumen de mercancías, es una droga autopista hacia europadonde nunca hubo tal cantidad de cocaína en el mercado ni sus precios fueron tan bajos.

El aumento de incautaciones de cocaína no para de crecer desde hace una década, cuando apenas eran 10 toneladas al año. El gráfico que publica la prensa belga es una flecha que aumenta, regular, a la que probablemente se aumenten 10 toneladas más cada año. Bélgica es el destino de este hub de cocaína que va a Europa.

Cifras alarmantes

El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, que publica sus datos con retraso respecto a las autoridades nacionales, aseguró el año pasado que en 2020 en toda la Unión Europea se habían incautado 213 toneladas de cocaína de las que 70 lo habían sido en Bélgica .

El aumento en la cantidad de drogas incautadas en 2021 y 2022 hace que esa cifra supere las 110 toneladas. Bélgica, Países Bajos y España concentran más del 75% de las incautaciones de cocaína en Europa.

Un perro trastorno busca drogas en cargamentos de bananas, en Amberes, Bélgica.  Foto: AFP


Un perro trastorno busca drogas en cargamentos de bananas, en Amberes, Bélgica. Foto: AFP

El puerto mueve tal cantidad de contenedores cada dia que es imposible controlarlos todos.

La cocaína ingresó principalmente a la escondida en envios de fruta de América Latina Las autoridades no esconden que si incautan más droga es porque también entra más. Bélgica busca formas de frenar la entrada de cocaína.

También en Países Bajos la situación preocupante. Desde el año pasado, buzos holandeses revisaron los cascos de barcos sospechosos en un intento de encontrar escondites bajo el área que han escapado a los controles.

Bélgica también promete más medios. Sus autoridades anunciaron el martes que bloquearon en más de un centenario el número de aduaneros responsables de buscar droga y que habrá nuevos equipos tecnológicos para escanear cada vez más contenedores. Solo en material se gastarán este año más de 70 millones de euros.

Paquetes de droga incautados en Puerto de Amberes, Bélgica.  Foto: AP


Paquetes de droga incautados en Puerto de Amberes, Bélgica. Foto: AP

«Tsunami de drogas»

Algunas operaciones muestran la confianza de que los grandes cárteles de la droga parecen tener en su capacidad de traspasar los controles en Amberes.

El pasado mes de octubre, en una sola operación, los encargados de los controles en las aduanas belgas incautaron más de seis toneladas de cocaína de Surinam. El gobierno belga no esconde la gravedad de la situación y habla de «un tsunami» de droga o de que el gran puerto del país está «inundado» de cocaína.

El aumento de la llegada de cocaína está produciendo un aumento de la violencia.

Los tiroteos por avenganzas o por intentios de robarse la mercancía entre mafias son cada vez más frecuentes y el ministro de Justicia y su familia tuvieron que ser puestos bajo vigilancia permanente policial y abandonaron su casa porque los servicios secretos creían que podría ser víctima de un ataque .

Bruselas, especial

CB

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