Dimite a la ministra de Defensa de Alemania, Christine Lambrecht, por la gestión de la ayuda militar en Ucrania | Internacional

Entre los muchos casos que la invasión de Ucrania ha cambiado en Alemania, cabe contrarrestar desde esta luna a la ministra de Defensa, la socialdemócrata Christine Lambrecht. El máximo responsable de las fuerzas armadas ha anunciado su disminución debido a varios rumores y sobrias especulaciones sobre su inminente marcha. Lambrecht dejó voluntariamente un puesto que ya casi nadie negaba que le venía grande. Luego de múltiples tropiezos y controversias, y más de 10 meses de invasión rusa de su país vecino, ya exministra ha decidido retirarse para no seguir perjudicando a su Gobierno.

«Hoy he pedido al canciller federal que me releve del cargo de ministra de Defense. La atención que los medios de comunicación han prestado colgante meses a mi persona apenas permite informar y debatir objectivamente sur los militares, la Bundeswehr y las decisiones de política de seguridad en interés de los ciudadanos de Alemania», lamentó en un escueto comunicado. «El valioso trabajo de los soldados y de las numerosas personas motivadas de esta área debe estar en primer plano», ha añadido.

Lambrecht es el ministro que más ha dado que hablar del Gabinete que el canciller, Olaf Scholz, convenció hace poco más de un año tras pactar una coalición con verdes yliberes. Un torpe mensaje de Nochevieja con unas desafortunadas frases sobre Ucrania próximamente tal alud de criticas que se hizo palmario que no podía seguir al frente del Ejército. Hasta entonces su incompetencia era objeto de mofa en el diario sensacionalista FotografíaEl más leído del país, pero cuando las peticiones de dimisión surgieron en la prensa seria quedó claro que su situación se había hecho insostenible.

El cambio del titular de Defensa llega en un momento de profunda transformación de la concepción de seguridad y defensa del país, relegada durante décadas a un segundo o tercer plano tras el crecimiento económico. Su sucesor se enfrenta tiene un reto de enormes proporciones: ayudar a situar a Alemania en la posición internacional que le corresponde como gran potencia europea y asumir el desafío de encargarse de su propia defensa. Se supone que implementa la histórica modernización del Ejército que anunció el canciller en su ya célebre discurso de la zeitenwende, o cambio de era, en febrero pasado.

El sucesor de Lambrecht afrontará la obra con la mayor operación de rearme de Alemania desde la II Guerra Mundial. El primer paso es empezar a gastar el fondo especial de 100.000 millones de euros para la Bundeswehr prometidos por Scholz y que la titular anterior no fue capaz de gestionar. El proceso para comprar los nuevos aviones, drones y equipamiento para los soldados apenas ha comenzado a esbozarse 10 meses después. Con un conflicto armado a menos de dos horas de vuelo de Berlin, la parsimonia funcionarial alemana ha dejado de ser aceptable.

Pero hay una tarea todavía más perentoria: el nuevo ministro tiene una cita clave con decenas de funcionarios de defensa de la OTAN, incluido el secretario de Estado unidense, el viernes en la base aérea de Ramstein, en el suroeste de Alemania. Por horas llegará poco preparado, apenas después de haber prometido su carga. La reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, el llamado formato Ramstein, va a tratar el envío de combate occidentals al ejército de kyiv. «Es una debacle que Alemania esté sin un ministro en funciones», lamentó el domingo el Suddeutsche Zeitung en portada, en referencia al mal momento de esta crisis de Gobierno, apenas a días de una reunión internacional de alto nivel. Por ahora se desconoce quién sucederá a Lambrecht. El canciller, Olaf Scholz, dijo este lunes que ya ha decidido de quién se trata, pero que lo comunicará en los próximos días.

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Enviado de leopardos a Ucrania

La decisión de más calado a la que enfrenta el canciller respecto a la guerra es el envío a Ucrania de los modernos tanques de combate Leopard 2. subió que supone ver tanques alemanes enfrentándose a los blindados rusos en el campo de batalla ucranio. Los socios occidentales presionaron al canciller para que forme una coalición internacional desde que en conjunto envíen estas potentes armas ofensivas, o al menos para que abra la mano y permita su reexportación. Al tratarse de armamento fabricado en Alemania, el Gobierno del socialdemócrata tiene que dar permiso para que otros países, como Polonia o Finlandia, puedan entregar a Ucrania los blindados que tiene su arsenal. Este lunes, el Reino Unido, que va a viar su equivalente al Leopard, el Challenger, ha pedido públicamente al canciller que reconsidere su negativo.

Pesado a que designó a una persona sin ninguna experiencia en defensa, a Scholz no se le ech en cara el error de confiar a Lambrecht, de 57 años, la cartera en diciembre pasado. Sí se le critica por no haberla terminado al comienzo de la guerra. Para entonces ya había dado muestras de su poca implicación. Y la modernización de las fuerzas armadas, uno de los proyectos clave de la cancillería, claramente requería otro perfil. Lambrecht, abogada, fue secretaria de Estado de Hacienda durante la gran coalición de la canciller Angela Merkel, en las órdenes de Scholz. En junio de 2019, nombrada ministra de Justicia y en mayo de 2021 asumió también la cartera de Familia.

La prensa baraja varios números para substiturla. Eva Högl, encargada en el Parlamento de la relación con el ejército, y la secretaria de Estado de Defensa, Siemtje Möller, ambas socialdemócratas y con experiencia en defensa, están entre los más repetitidos. Scholz quiere mantener la paridad en su Ejecutivo con ocho ministros y ocho ministros. Tampoco se disolvió un baile de carteras para dejar intacta esa paridad. En este caso, el actual titular de Trabajo, Hubertus Heil, podría pasar a ocuparse de la Bundeswehr, y una mujer le sustituiría a él. Lars Klingbeil, colíder del SPD, experto en defensa e hijo de militar, es también uno de los posibles sucesores que se mencionan en círculos periodísticos.

Esta no es la primera crisis de gobierno de Scholz. La ministra de Familia, la verde Anne Spiegel, no tardó en admitir que el verano anterior se había ido de vacaciones una semana después de las graves inundaciones que arrasaron Renania-Palatinado, por lo que será entonces la máxima responsable de Medio Ambiente. Fue un cambio mínimo en el Ejecutivo, en una cartera de poco peso relativo. La marcha de Lambrecht, en cambio, provocó una profunda convulsión. Esta vez Scholz no puede equivocarse, le advierten desde círculos políticos y mediáticos. Hay demasiado en el juego. Del éxito de su nueva apuesta se extraerá una lectura sobre su propia capacidad para gobernar.

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