En Turquía, el cartel de campaña en forma de acusación de los años de Erdogan.

CARTA DESDE ESTAMBUL

Un cartel nunca ha hecho una campaña, con muy pocas excepciones. En Francia recordamos la foto de François Mitterrand con su eslogan «La fuerza silenciosa» —hermoso oxímoron— que acompañó al candidato socialista a la victoria en 1981. El también de Valéry Giscard d’Estaing, en 1974, que posó con su hija Jacinthe bajo su simple apellido.

En Turquía, los carteles políticos también han jalonado, a su manera, la vida electoral y sus convulsiones desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la introducción del sistema multipartidista. Si bien las gigantescas vallas publicitarias al borde de las carreteras han sido casi monopolizadas en los últimos años por el omnipresidente Recep Tayyip Erdogan en una puesta en escena casi siempre idéntica (busto retrato con una frase un tanto viril del tipo “Un gran Türkiye quiere un líder fuerte”), el país también ha vivido algunos destellos en el imaginario político.

En 1950, la campaña del Partido Democrático (PD), que ganó las elecciones legislativas frente al antiguo partido único, el Partido Popular Republicano (CHP), la formación creada por el padre fundador de la República, Mustafa Kemal Atatürk, es ejemplar en este respeto. El cartel, de una sencillez sumamente refinada, muestra una mano levantada junto al mandato: » Basta ! ¡El piso es de la gente! » Para una primera alternancia electoral, el efecto estaba garantizado.

Los carteles de campaña del Partido Democrático Turco para las elecciones legislativas de 1950 (izquierda) y del Partido Popular Socialdemócrata para las de 1987 (derecha).

Casi cuatro décadas después, la foto de una mano esta vez encerrando un cítrico y pegada al eslogan en forma de pregunta, “¿Tienes fuerzas para exprimirte cinco años más como un limón? », también marcará los espíritus. La metáfora contra el alto costo de la vida no permitirá que el Partido Popular Socialdemócrata (SHP, oposición) gane las elecciones, pero ayudará a duplicar su puntaje en las urnas, al pasar del 12% al 24% de los votos. Los cítricos prensados ​​serán reutilizados en varias ocasiones, en particular en 2015 por Kemal Kiliçdaroglu, presidente del CHP y entonces candidato a las elecciones legislativas.

Una acusación ilustrada

El líder de la formación kemalista ha entregado hoy el limón, pero vuelve con un cartel de inusitada fuerza y ​​audacia política, que bien podría ser también un hito. Y no solo a nivel de imagen. El candidato presidencial del 14 de mayo de una amplia coalición de oposición, que va desde la extrema derecha hasta el centro izquierda, Kemal Kiliçdaroglu, conocido más bien por su falta de carisma, optó por apuntar al poder en el lugar con una impresionante galería de retratos y símbolos.

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