La policía desarticula una red cibercriminal lederada por un menor | Economía

La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal dedicada a las estafas informáticas, que defraudó 350.000 euros a 200 personas en meses pasados ​​mediante técnicas técnicas de ingeniería social Suplantación de identidad. El entramado operaba en todo el país y estaba liderado por un menor que, además de crear sus propias herramientas informáticas para estafar a sus victimas —sitios web falsos de entidades bancarias o enlaces comprometidos enviados por SMS o email—, las vendía a otras organizaciones criminales , un fenómeno denominado La delincuencia como servicio.

La entidad suplantó la imagen de 18 bancos, habiéndose intervenido listados con los datos privados de más de 100.000 clientes —numbers named, DNI, claves de acceso a la banca privada—. Los ciberdelincuentes se llamaban a las víctimas, haciéndose pasar por empleados de las entidades y para solventar una supuesta brecha de seguridad.

Además del líder del grupo, que ha ingresado en un centro en régimen cerrado, la Policía ha detenido a 24 personas en Cádiz, Málaga y Barcelona, ​​de las que ocho han entrado en prisión. También ha realizado seis registros en los que se han intervenido dos armas de fuego simuladas, 10.000 euros, listados con los personales de 100.000 personas, más de una treintena de terminales móviles de última generación y 500 gramos de cogollos de marihuana destinados al tráfico de drogas una pequeña intensificó.

Paginas web fraudulentas

La investigación se inició como consecuencia de las actividades de ciberinteligencia realizadas por la Unidad Central de Ciberdelincuencia junto con investigadores de la Comisaría de San Fernando (Cádiz), tras detectar un patrón común en diferentes hechos ocurridos en todo el territorio nacional. El modus operandi de esta organización consiste en enviar mensajes de texto masivos (imponente) a sus víctimas para alertarlas de una intromisión ilegítima a su banca online. El SMS incluye un enlace que redirige a una página web fraudulenta, parecida a la de la entidad bancaria, creada y controlada por l’organización. Cuando las víctimas introdujeron sus credenciales de acceso, estos datos permanecerán automáticamente en poder de los cibercriminales.

Los estafadores habían diseñado un software que les permitía ver en tiempo real los pasos que iban dando a sus víctimas, a las que llamaban por teléfono haciéndose pasar por empleados de su banco y ofreciendo su ayuda para solucionar esa brecha de seguridad. Para ello se indicaban que iban a recibir un código de verificación que deberían proporcionar telefónicamente a los interlocutores conocidos. De hecho, estos códigos pueden realizar transacciones fraudulentas que los delincuentes estaban realizando en la banca online del perjudicado en tiempo real.

Cuando el dinero ingresaba en las cuentas bancarias controladas por la organización, llevaban a cabo diferentes formas de actuación. Una de ellas consistía en extraer directamente el efectivo en cajeros automáticos, ou bien contrataban créditos personales instantáneos, ordenaban nuevas transferencias a otras cuentas que tenían bajo su control, ou bien adquirían criptovalores en cajeros automáticos al efecto, moviéndolo posteriormente entre diferentes fríos monederos.

Estafa a anunciantes de vehiculos de motor

Los cibercriminales conseguían los datos para abrir cuentas bancarias fraudulentas y recibir ahí el dinero estafado a través de páginas de compraventa de vehículos entre particulares: se ponían en contacto con los anunciantes y mostraban su interés por hacerse con el vehículo de manera urgente a través de un adelanto como reserva de la compra. Con este pretexto, y para formalizar el contrato a través de una supuesta gestión, solicitaban a las víctimas una copia o fotografía del documento de identidad por ambas caras.

Una vez con los datos de filiación necesarios para la apertura de cuentas, volvían a victimizar a estas personas es que las explicaciones de que iban ha realizado un envío de dinero a través de Bizum como señalización para la adquisición del vehículo. Sin embargo, en lugar de enviar un pago se realizó una solicitud de dinero al vendedor. Las víctimas no comprobaron adecuadamente el mensaje recibido desde la aplicación y aceptaron la solicitud realizando un envío de dinero a favor de los cibercriminales.

Hoy en día, uno de cada cinco delitos en España viene en rojo, según datos del Ministerio del Interior, que ha puesto en marcha una campaña para hacer frente al incremento de la cibercriminalidad. En 2022 hubo 375.506 ciberdelitos, un 72% más que en 2019, y un 352% más si la comparativa se hace en 2015.

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