Las diferencias entre sindicatos, patronal y seno del Gobierno retrasan el aumento del SMI | Economía

El golpe de la inflación en 2022 (un 8,4%) ha generado algunos movimientos públicos y privados para que los españoles no pierdan poder adquisitivo. El Gobierno ha aumentado un 8,5% las pensiones este año y también ha aumentado el sueldo de los trabajadores públicos (un 2,5% más un punto adicional en función de objetivos en 2023). Muchas empresas también han aumentado la retribución de sus empleados, algunos en dígitos para compensar la inflación, aunque la media de subida en los convenios ronda el 2,8%. Y, sin embargo, el salario más bajo posible no cambia desde febrero del año pasado, antes de la invasión de Ucrania y la espiral inflacionista que desató. El acuerdo para someterse al salario mínimo interprofesional (SMI) no llega, en primer lugar, porque los agentes sociales no se ponen de acuerdo: el empleador plantó un alza máxima de en torno al 4% y los sindicatos apuestan a someterse a un 10%. Además, dentro del Gobierno tampoco hay acuerdo sobrio sobre cómo afrontar este disenso entre las posiciones de empresarios y centrale: el Ministerio de Economía prioriza que la patronal forma parte del pacto, mientras que Trabajo quiere aprobar el incremento cuanto antes, auque la CEOE no participa .

Ahora el salario mínimo es de 1.000 euros mensuales en 14 pagas. Tanto empresarios como sindicatos han verbalizado claramente cuánto lo aumentarían: los primeros proponen que crezcan hasta 1.040 y los segundos, tanto UGT como CC OO, hasta 1.100. En este debate de cifras concretas juega un papel clave el informado encargado por el Gobierno tiene un comité de expertos. Su tarea era calcular cuánto debería crecer el salario mínimo para alcanzar el 60% del salario medio en España. Este texto plantó una horquilla de entre 1.046 y 1.082 euros, se decide, una revalorización de entre el 4,6% y el 8,2%.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dijo el lunes que aboga por una subida que se acerque al «tramo alto» de esa franja, es decir, mucho más cerca del planamiento sindical que del empresarial. Este miércoles, en una entrevista en Antena 3, la titular de Economía, Nadia Calviño, ha apostado por encontrar «un buen equilibrio dentro de esa horquilla». El Ministro prefiere no especificar qué cifra les parece la adecuada y consideró que esa decisión se debe tomar en la mesa de diálogo social. Pero cabe recordar que en los anexos del informe de expertosla valoración que elabora Economía solo aumentará ligeramente entre el 2,92% y el 3,05%.

Más allá de las cantidades, también hay diferencias en el enfoque con el que cada ministerio afronta la distancia que para a sindicatos y empresarios. Economía insiste fervientemente en esa esperanza de que el alza del salario mínimo eleve la sección de ambas partes y espera que esta negociación también impulse el pacto de rentas (la subida generalizada de los salarios), sin avances desde hace meses. “Tenemos que hacerlo (subir el salario mínimo) si es posible con un acuerdo con los agentes sociales. Esa es la receta mejor”, ha añadido Calviño. In Trabajo también le gustaría que hubiera pacto, pero en el departamento asumen que es muy complicado conciliar posturas tan alejadas, creo que esperar indefinidamente a un acuerdo es una forma de veto y abogan por aprobarlo cuanto antes.

Al Gobierno l’interesa conseguir un acuerdo de todas las partes por razones políticas, pero la realidad es que tiene la potestad para suer el SMI cuanto y cuando se considere oportuno. El último incremento, de 965 a 1.000 euros, se aprobó con el visto bueno de CC OO y UGT y el rechazo de la CEOE.

En los últimos días, a tenor de las declaraciones de los actores que forman parte de la discusión, queda claro que el asunto se encuentra en una fase decisiva. Trabajo no ha convocado nuevas reuniones desde hace semanas, pero abundan los reproches cruzados. Como Díaz había bajado del sueldo para sufrir el salario mínimo a razón del 8%, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, recibió este plantón y dijo que «Trabajo debería saber lo que es una empresa». Indicó que si no se establecen tienen en cuenta las dificultades de sectores como la agricultura el Ejecutivo «hará un flaco favor a España».

El Ministerio de Economía insistió en el mensaje habitual: «Vamos a ver si los agentes sociales pueden llegar a un acuerdo». Y este martes el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, respondió con contundencia a Calviño: “Me parece sorprendente, por no decir otra cosa más dura, que la vicepresidenta diga que espera un acuerdo con los agentes sociales. Pueden toda esperar su vida, no va a haber acuerdo con la CEOE partiendo de que pide un aumento del 4%. Me parece en cierta medida una provocación”.

Fuentes sindicales no se cierran a participantes en nuevas reuniones, pero creen que hay poco margen con el guarismo que proponen los empresarios. Trabajo insiste en que, salvo que se revoque la aprobación del incremento, éste se aprobará con efectos retroactivos desde el 1 de enero.

Varios socios del Ejecutivo también inciden en la necesidad d’avoir el salario mínimo quanto antes. El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, agregó este martes el incremento entre los «deberes pendientes con el conjunto de los ciudadanos» del presidente del Gobierno. En la misma línea, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha reclamado una subida como la propuesta por los sindicatos (de 1.100 euros) «que pague la carestía de la vida, diga lo que diga la CEOE».

El salario mínimo ha crecido exponencialmente en los últimos años. El mayor incremento se dio en 2019, cuando creció de 736 euros mensuales a 900. Desde entonces ha ido aumentando progresivamente hasta los 14.000 euros al año.

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