El frenesí simultáneo de las grandes potencias oscurece el horizonte económico mundial | Economía

Los tres tenores desafinan a la vez, y los cristales del edificio económico tiemblan, aunque no se rompen. De haberla, nadie espera una recesión ni larga en las grandes potencias, los mercados laborales progresan adecuadamente, y se da por hecha una descalada de la inflación, pero la idea de que Estados Unidos, Europa y China pueden desfallecer juntas basta para generar ansiedad, Sí, es precisamente el escenario el que ha aportado el Fondo Monetario Internacional (FMI): su directora gerente, Kristalina Georgieva, confirmó en una entrevista a la cadena CBS estadounidense Lock que se produjo una «desaceleración simultánea» del crecimiento en los propios bloques. , incluso calculó que un tercio del planeta entrará en recesión en 2023.

El economista británico Charles Goodhart, alto cargo del Banco de Inglaterra durante estas décadas, no es optimista sobrio sobre el resultado de un eventual debilitamiento paralelo. “Si hay efectos indirectos significativos en la restauración del mundo, crecería más lentamente, sufriría más desempleo y contaría con menores ingresos y consumo. En definitiva, más infelicidad”. El que fuera profesor de la London School of Economics encuentra raíces distintas para la desaceleración. “En China, es el mal manejo de la epidemia de covid; en EE UU ha sido consecuencia de una excesiva expansión fiscal y monetaria; y en la UE proviene del conmoción de ofrecido provocado por la guerra de Ucrania”, resumen.

Los puntos de partida son dispares. Estados Unidos sufre las subidas de tipos de interés más agresiones por parte de la Reserva Federal, pero roza el pleno empleo —3.7% de paro—, se beneficia de exportar gas y petróleo en un entorno de precios energéticos altos, y ha reducido la inflación del 9,1% en junio al 7,1% en diciembre. In Europe, casi todo gira en torno a la guerra que Putin ha desatado a sus puertas y su dependencia energética, mientras que en China la agenda la marca el virus y su controvertida forma de combatirlo, que podría colocar su crecimiento en 2022 —todavía por conocerse— en tasas iguales o por debajo de la media mundial por primera vez en los últimos 40 años.

Roland Gillet, profesor de economía financiera en la Universidad de la Sorbona de París y en la Universidad Libre de Bruselas, sintetiza en una palabra la situación de cada potencia. En China la judidica incertidumbre, porque en ella chocan dos fuerzas contrapuestas: a tsunami of contagios frente a una economía a la que ha despojado por fin del cuerpo de los automatic confinamientos al abandonar Pekín su restrictiveiva política de covid cero. A su favor cree que juegan también los tratos ventajosos de suministro de petróleo —con importantes descuentos— que ha alcanzado con Rusia, tras perder Moscú a sus clientes occidentales. Hay una inflación que ha seguido contenida, del 1,6% en noviembre.

Para las otras dos, su diagnóstico es opuesto: Europa es la frágil, y EE UU, la que mejor resiste. “Cada día que pasa Europa se empobbrece respecto a EE UU, porque ellos Producen su propia energía. Todo el ahorro embalsado por los europeos durante la crisis sanitaria, que debemos gastarse en restaurants y commerces, está dedicándose a pagar la calefacción o los fueles, y ese dinero se va fuera, no sirve al crecimiento de Europa, algo que no sucede en EE UU”, lamento. Se dará una fecha para ilustrar la tabla que están sacando algunas empresas estadounidenses: se espera que solo las petroleras Exxon y Chevron traigan en 2022 una ganancia conjunta de 100.000 millones de dólares.

Lorenzo Codogno, exsecretario del Tesoro Italiano, no descarta una mayor actividad en China debido a la reapertura de su economía, aunque con los riesgos de nuevas olas de confinamientos o el surgimiento de variantes desconocidas todavía presentes. Pero mantiene un cauto optimismo respecto a la evolución de las grandes potencias en 2023. «La buena noticia es que, salvo un nuevo conmoción, es poco probable que, de haberla, la recesión sea muy pronunciada y duradera. Hay mucha resiliencia en el sistema, inversiones públicas y privadas, acumulación de ahorro privado, la aún recuperación no agotada de la demanda de servicios o la resistencia del mercado laboral”, enumeración.

Riesgo inmobiliario

El titular de una desaceleración simultánea esconde otros matices. Is true que la explosion de contagions en el gigante asiatico tras dejar atrás su política de covid cero tiene potencial para colapsar su sistema sanitario y gripar parte de la maquinaria productiva de la gran fábrica del mundo, lo que ya se ha convertido en fuertes caídas del precio del petróleo, que descuenta una menor demanda china, pero Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano Research, recuerda que las principales previsiones todavía apuntan a un avance robusto de su PIB. “No todo lo que diga Georgieva tiene que tener coherencia. De hecho, el mercado apostó por un mayor crecimiento chino en 2023, que pasaría de un 3% a un 5%”, sostiene. En esa dirección marchan, por ejemplo, las predicciones de los bancos estadounidenses Morgan Stanley —que ha elevado del 5% al ​​5,4% su pronóstico para China en 2023— o JP Morgan —del 4% al 4,3%—.

Eso no es obstáculo para que De la Torre perciba en China los mayores riesgos. “En ella confluyen los tres requisitos que pueden generar una crisis: demasiado optimismo pasado —en especial inmobiliario—, un apalancamiento excesivo, y la iliquidez —demasiados activos en el inmobiliario ilíquido—”, advierte. The crisis of the gigante inmobiliario chino Evergrande fue el aviso más mediático, pero la corrección de precios en el sector ya es profunda. “La crisis ya ha estallado. Recuerda mucho a la situación de España en 2008, cuando la gente seguía negando la mayor, empezando por el vicepresidente económico”, apunta De la Torre, que añade a ese cóctel una situación sanitaria preocupante por la menor eficacia de las vacunas chinas, el elevado Porcentaje de ancianos que no han recibido dosis de refuerzo y la menor capacidad asistencial de sus hospitales y centros de salud. Su análisis es más amable para Europa y EE UU. “En el segundo semestre las inflaciones crecerán menos que los sueldos en Occidente, y se reactivará el consumo, y por lo tanto el crecimiento.

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