“En Estados Unidos, estamos entrando en la primera campaña de satisfacción inmediata y perpetua de los votantes”

IEl 25 de abril, Joe Biden anunció que se postularía para la reelección. Apenas unas horas después del anuncio del actual presidente de los Estados Unidos, se publicó en línea un primer clip generado íntegramente por inteligencia artificial (IA). En este video, producido por opositores del campo republicano, se desplaza una serie de imágenes distópicas con un realismo sorprendente que imaginan una América devastada por la reelección de Joe Biden.

Por lo tanto, la IA no habrá tardado ni un día en hacerse cargo de las elecciones de 2024. No hay duda de que los estados presidenciales se colocarán bajo el signo de la revolución tecnológica y sus amenazas. Los golpes electorales resultantes de interrupciones informáticas han sido, hay que decirlo, algo común durante quince años al otro lado del Atlántico.

Así, la campaña de Barack Obama de 2008 estuvo marcada por el uso de big data para optimizar la focalización electoral. Del mismo modo, los equipos del candidato Trump se habían apoyado en gran medida en las últimas posibilidades que ofrecen los algoritmos de los gigantes de la Red para difundir sus mensajes teñidos de posverdad.

Un cóctel tan explosivo como incontrolable

La generación de imágenes y videos falsos por parte de la IA marca una nueva etapa en la conflictiva relación entre tecnología y vida política. Las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial, combinadas con las revoluciones tecnológicas anteriores, suponen un riesgo sin precedentes para las próximas elecciones.

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Ahora es inevitable anticipar la producción y distribución masiva y continua de contenido, extremadamente realista pero totalmente artificial, diseñado para conmocionar y desinformar. Estos elementos, sumados al uso de sensibles bases de datos electorales, como las construidas por Cambridge Analytica, y un justo dominio de los algoritmos de difusión en Internet, forman un cóctel tan explosivo como incontrolable.

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También se deben considerar muchos riesgos adicionales inducidos por la IA. Hoy en día, las herramientas basadas en inteligencia artificial son ampliamente interoperables y permiten en unos pocos clics crear diferentes tipos de artificios. Mientras que a partir de un simple texto una IA puede generar un video, al analizar una grabación de voz puede generar e imitar una voz y finalmente transcribir el lenguaje corporal de un político, los videos falsos de todo tipo serán para relajarse a diario.

eterno dilema

Más allá de estas variaciones formales, la sustancia misma de los mensajes emitidos será transmitida directamente por las IA. Estos últimos ya son capaces de generar elementos de lenguaje modulados según cada target electoral, y actualizados automáticamente según la actualidad, para adaptarse a las aspiraciones inmediatas de estos distintos target.

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