Fondos de inversión para apostar por la inteligencia artificial | Negocios

La Unión Europea aprueba la primera ley de inteligencia artificial (IA) del mundo”. Este ha sido uno de los grandes titulares de las últimas semanas. Ya no hay prácticamente día en el que la IA no sea noticia. Probablemente en estas fechas navideñas, esta tecnología ha estado presente en muchas de las más acaloradas conversaciones familiares. Como dice Liz Centoni, directora de Estrategia y directora general de Aplicaciones de Cisco, “se ha convertido a la vez en un catalizador y un lienzo para el futuro. Ya está en nuestros hogares, nuestros automóviles, nuestras oficinas y nuestros bolsillos”. Empieza también a estar en el punto de mira de los inversores; incluso más allá de las llamadas siete magníficas, a saber: Apple, Microsoft, Nvidia, Amazon, Meta (Facebook), Tesla y Alphabet (Google). Comienzan a proliferar vehículos financieros vinculados a la IA; bien porque invierten en las propias compañías del sector (o en industrias por ella afectados); bien porque la usan para su gestión patrimonial. En general, se trata de fondos de inversión o ETFs, cuya evolución este año, en lo que a rentabilidad se refiere, es más que positiva, con revalorizaciones en muchos casos superiores al 40% (aunque hay que recordar que, en 2022, lo habitual fueron las pérdidas de esa cuantía). La lista de los principales productos por tipología es la siguiente (por orden alfabético).

Por un lado, están los fondos de inversión: Allianz Global Artificial Intelligence, Dws Artificial Intelligence, Echiquier Artificial Intelligence, Thematics AI & Robotics Fund (Natixis IM), Oddo Bhf Artificial Intelligence, Polar Artificial Intelligence y Vontobel Fund-Vescore Artificial Intelligence Multi Asset. En general, todos ellos son fondos de renta variable global que no solo invierten en empresas que desarrollan IA, sino también en otras que se benefician precisamente del desarrollo de la IA, centrándose mayoritariamente en los sectores de salud, energía, medio ambiente y automoción. En mayor o menor medida, estos fondos utilizan además la propia IA como complemento —el análisis fundamental de las empresas sigue siendo determinante— para poder establecer la correlación que existe entre distintas variables y poder así afinar sus modelos de gestión.

Por otro lado, nos encontramos con los ETF (Exchange-Traded Funds, o fondos cotizados en español, vinculados a distintos índices bursátiles de IA y tecnología): Global X Robotics & Artificial Intelligence, L&G Artificial Intelligence Ucits ETF, iShares Automation & Robotics, WisdomTree Artificial Intelligence Ucit ETF, Xtrackers Artificial Intelligence & Big Data Ucits ETF y Xtrackers Future Mobility Ucits ETF. La cuestión es que antes de lanzarse al mundo de la inversión en IA, los expertos que están especializados en esta tecnología hacen las siguientes recomendaciones.

  • Inversión a largo plazo y riesgo de pérdidas. Como explica Brice Prunas, gestor del fondo Oddo Bhf Artificial Intelligence, “dado que la inteligencia artificial es una tendencia secular a largo plazo que configura toda la economía, los inversores deben estar dispuestos y ser capaces de invertir a largo plazo”. Desde su punto de vista, la tecnología es solo la punta del iceberg de la IA. En su opinión, “nos encontramos en vísperas de una verdadera revolución, ya que la generación de contenidos por parte de una IA (también conocida como “IA generativa”, de la que ChatGPT es el ejemplo más famoso, aunque no el único) abre las puertas a la adopción masiva de la IA, puesto que ya no es necesario ser un friki para interactuar con una IA”. Según su análisis, las empresas de las industrias basadas en los contenidos (por ejemplo, agencias de marketing, estudios de cine, etcétera) y los sectores que han generado conjuntos de datos muy grandes, como la sanidad o las finanzas, están abocados a adoptar la revolución de la IA con bastante rapidez, si no es que ya es el caso. En el futuro, de ahí la importancia de los plazos, “la IA irá mucho más allá: las empresas de prácticamente todos los sectores podrían verse obligadas a integrar la IA Generativa en sus procesos empresariales de forma acelerada, para seguir siendo competitivas”. Prunas insiste en que este tipo de fondos “presenta un riesgo de pérdida de capital, un riesgo de renta variable y un riesgo de modelo”.
  • Atención a la volatilidad. Para Jesús Ruiz de las Peñas, director de Desarrollo de Negocio en Iberia y portavoz para la temática de IA de Allianz, estos fondos no son aptos para todos los inversores —”si el horizonte es de tres a seis meses, mejor abstenerse”, dice—, pues se centran en acciones, que incluso tienen un nivel de volatilidad superior al de las acciones convencionales, situándose en torno al 30%. Con todo, desde su punto de vista, el mejor momento de invertir en cualquier tendencia es cuando se inicia esa temática, y este momento es ahora”. En esta idea insiste Tobias Rommel, Portfolio Manager de DWS Invest Artificial Intelligence, al señalar que “las fluctuaciones son bastante normales. Con este tipo de empresas, la mayor parte de la creación de valor se sitúa varios años en el futuro. Si los tipos de interés suben, como ocurrió el año pasado, las empresas de crecimiento se verán perjudicadas, ya que suelen ser más caras que el mercado bursátil en general. Por el contrario, si los tipos de interés vuelven a bajar, sus valoraciones se verán favorecidas”.
  • Atención a las valoraciones. Desde Vontobel tienen claro que el entusiasmo por las empresas que pueden beneficiarse de la IA generativa debe ir acompañado de una estricta disciplina de valoración. A su juicio, “existe una diferencia con respecto a la certeza de lograr el aumento de beneficios estimado impulsado por la IA para cada empresa. Se trata de dar crédito a las empresas, por lo que es muy probable que ocurra, no solo por lo plausible”. Para Jesús Ruiz de las Peñas, de Allianz, hay que seleccionar bien el destino de las inversiones porque se va a producir una suerte de “darwinismo societario” por el que “solo sobrevivirán las empresas que mejor se adapten al cambio”. Con todo, cree que en el momento actual no hay burbuja en valoración y que “no existe similitud con el boom tecnológico de los dos mil, cuando el 90% de las compañías perdían dinero, mientras que ahora ese porcentaje es del 10% y, además, en la mayor parte de los casos, sin deuda”.
  • La importancia de las aportaciones periódicas. La mejor estrategia de inversión es, en opinión de Tobias Rommel, de DWS, establecer un plan de ahorro en el que se invirtiera regularmente una cantidad fija, durante un periodo de tiempo más largo, “porque entonces uno podría beneficiarse de las fluctuaciones del mercado de valores gracias al efecto de coste medio”.
  • Productos financieros certificados. Tal y como señala Cisco en su último informe sobre predicciones de la IA para 2024, se puede producir un mayor riesgo de estafas y fraude. Los consumidores y las empresas se enfrentarán a mayores ciberamenazas derivadas de la desinformación, las estafas y el fraude generados por la IA, lo que impulsará la cooperación para fortalecer la ciberseguridad y la alfabetización digital. “Protegernos frente a voces y vídeos clonados, deepfakes, bots y contenido malicioso requerirá mayores inversiones en tecnologías y algoritmos avanzados que puedan detectar y mitigar estos riesgos”, explican.

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