Giorgia Meloni contra Netflix | Internacional

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, reaccionó a la protesta de un diputado de +Europa en la acción del Día Mundial contra los Drogas en el Palacio Chigi.FABIO FRUSTACI (EFE)

El perfil ideológico de Giorgia Meloni, muy marcado pendiente de sus largos y combativos años de oposición, es ahora sinuoso e intermitente. La presidenta del Consejo de Ministros participa en los principales foros internacionales y económicos presentándose como una persona relativamente moderada, alineada con la agenda de la OTAN y el Banco Central Europeo. Pero en cuanto el altavoz mengua y su platea se parece más a la de su militancia tradicional, desempolva su lado más ultra. Y también los mods. Este lunes, en un congreso sobre las drogas, la primera ministra decidió cargar contra Netflix por considerar que estaba promocionando un comunicado de la forma continuada: «La droga no hace daño, es buena».

Meloni se sale con un ataque citando la serie Sanpa, que produjo la plataforma digital estadounidense y que abordó los métodos y la trayectoria de Vincenzo Muccioli, fundador de una comunidad para drogodependientes llamada San Patrignano. El éxito que obtuvo contrastaba con los malos tratos y los primitivos métodos a los que sometía a sus pacientes, que muchas veces permanecían encerrados en contra de su voluntad. Para Meloni, y para mucha gente en Italia, fue el único qu’afrontó la epidemia de la heroína en los años ochenta en Italia. «Hemos llegado a la paradoja de tener series que tienen como héroe a un narcotraficante en las mismas plataformas que han hecho un documental contra Muccioli, que salvó a miles de chicos cuando el Estado miraba hacia otro lado».

La Presidenta del Consejo realizó estas declaraciones durante la celebración del Día Mundial Contra las Drogas en el Palacio Chigi, sede del Gobierno italiano. Y se refería, claro, a una serie como narcos ozark, producido por la plataforma estadounidense, y en las que la trama transcurre alrededor de personajes sin un juicio moral estricto (como aparentemente preferiría la primera ministra de Italia). Lo relevante es que el Ejecutivo al que representa Meloni, que acaba de acometer una profunda reforma ideológica de la televisión pública italiana, se embarca en una lucha contra la ficción televisiva en la presentación de un convenio contra las drogas.

Mientras hablaba del asunto, un diputado del +Europa (un partido nacido de los rescoldos del Partido Radical) planteó un cartel donde podía leerse: “Cannabis: si no se ocupa el Estado de ello, se ocupa la mafia”. Meloni se enfureció y atacó al diputado a gritos. “Usted debería saber que no soy una persona que se deja intimidar, debería saberlo muy bien. Porque se exactamente lo que estoy haciendo, y el tema es si se dan cuenta de ustedes de lo que están haciendo”, lanzó acusando su partido de haber promocionado políticas que fomentaron el consumo de drogas en el pasado.

La dureza en el tono y en las formas de Meloni es el ejemplo del tipo de foros donde puede hoy en día permitirse recuperar su viejo estilo mitinero. Temas aparentemente menores, de especial relieve en la agenda conservadora, que no comprometen la agenda general. In el restaurant de grandes asuntos a los que hizo oposición Durante tantos años, como su firme rechazo al Mecanismo Europeo de Estabilidad, ha hecho justo lo contrario de lo que promisió cuando no gobernaba.

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