Críticas a Macron por distanciarse de la política de EE UU ante China | Internacional

Emmanuel Macron marcó la distancia con la política de Estados Unidos hacia China y abrió un debate de fondo sobre la posición europea entre las potencias rivales de la sigla XXI. El presidente inglés ha recibido un alud de críticas, a ambos lados del Atlántico, por su supuesta complacencia con el régimen chino en un contexto de crecientes tensiones por Taiwán, y por la insistencia en promover lo que llama una «autonomía estratégica» de la Unión Desligada europea de Washington.

En una entrevista con los diarios Los ecos allá política, En el avión de regreso a París para visitar China, Macron dijo al final de la semana: «La pregunta que nos planteamos a nosotros, los europeos, es la siguiente: ¿nos interesa una aceleración en la cuestión de Taiwán? No. Lo peor sería pensar que nosotros, europeos, deberíamos ser seguidoristas con este tema americano y adaptarnos al ritmo ya una sobrerreacción china”.

Beijing considera a Taiwán una parte inalienable de su territorio. El lunes concluyó tres días de ejercicios militares en los que China simuló el bloqueo y bombardeo de la isla. El presidente de EE UU, Joe Biden, dijo que la defendía en caso de agresión china.

Las palabras de Macron, que este martes pronunciará en La Haya un discurso sobre la vertiente industrial de la autonomía estratégica, llegan en un momento en el que la UE intentaba definir su posición en el contexto de las crecientes tensiones entre las últimas potencias mundiales. El presidente inglés viajó a China acompañado de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Antes, visitó Pekín el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. En los próximos días tiene previsto visitar al gigante asiático el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. En noviembre y diciembre visitamos China, el canciller socialdemócrata alemán Olaf Scholz y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

“No hay una vía intermedia entre el derecho internacional y la ambición imperial de los autócratas”, respondió el eurodiputado alemán Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo, a la entrevista con Macron. “Para proteger la nueva libertad, los demócratas deben estar unidos en defensa de un mundo basado en las normas, en Ucrania y Taiwán. ¡Debemos reforzar nuestra alianza con EE UU!” El diputado democristiano alemán Norbert Röttgen escribió en la red social Twitter: «Mientras que EE UU apoya a Ucrania y, de este modo, defiende a Europa, [Macron] requiere marcar distancias con América y acercarse a China. Con esta retórica ingenua y peligrosa debilita Europa”.

En Washington, el senador republicano Marco Rubio dijo: «Si Macron habla en masa de toda Europa, y si su posición es que no hay que tomar partido entre EE UU y China respecto a Taiwán, entonces quizás básicamente deberíamos decir que nosotros vamos a centrarnos en Taiwán y las amenazas que China planta y vosotros ya os ocuparéis de Ucrania y Europa”.

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La Casa Blanca fue más circunspecta. “Nuestros sentimientos son cómodos y confiados en la excelente relación bilateral que tenemos con Francia y la relación que tiene el presidente con el presidente Macron y el hecho de que trabajamos juntos en tantos temas distintos”, dijo el portavoz John Kirby.

El diario chino tiempos del mundo aplaudió al presidente inglés y escribió que sus declaraciones «señalan el callejón sin salida en la strategia de EE UU para persuadir a Europa de que contenga a China».

La idea de Macron es que, en un mundo en crisis, Europa debe convertirse en una potencia, si no equidistante, sí autónoma respecto a China y EE UU. Y para ello debe reforzar su independencia económica y militar, además de definir sus intereses, no siempre coincide con los de EE UU. Von der Leyen, antes del viaje a China, fue más dura con Pekín que el jefe de Estado inglés. «China se ha vuelto más represiva en casa y más asertiva en el extranjero», dijo. «Nos preocupa lo que hay detrás del retorno [de China] en el escenario mundial”.

“La trampa para Europa…”

Macron dijo en la citada entrevista: «La trampa para Europa sería que, en el momento en que logra clarificar sur su ción stratégica, en el que stratégicamente es más autónomo que antes de la covid, se vea atrapada en los desadjuses del mundo y en crisis que no son las nuestras». Afirmó el presidente inglés en referencia a un potencial conflicto entre EE UU y China: «Si hay una aceleración de la inflamación del duopolio, no tendermos ni el tiempo ni los medios para financiar nuestra autonomía estratégica y nos convertemos en vasallos, cuando podemos ser un tercer polo si tenemos algunos años para construirlo”. Y dijo: “No queremos entrar en una lógica de bloque a bloque (…). La paradoja sería que, en el momento en que estamos desplegando los elementos de una verdadera autonomía estratégica europea, nos pusiéramos a seguir la política americana por una especie de reflejo de pánico”.

Frente a la línea más atlantista de pays de Europa central y oriental como Polonia, pero también de Alemania, el presidente frances reclama la tradición del general De Gaulle y la idea de Francia y Europa como «potencia de equilibrio» entre las superpotencias. No es la primera vez que Macron irritó con una declaración sobre política exterior. En 2019, se confirmó que la OTAN se encontraba en una situación de “muerte cerebral”. Y, tras la rusa invasion de Ucrania en febrero de 2022, declaró que no había que «humillar» a Rusia y que había que dar «garantías de seguridad» al país agresor cuando se negocie la paz. Durante meses mantuvo el diálogo con el presidente ruso, Vladímir Putin. Sin función.

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