Pegasus, Israel y una masacre de estudiantes mexicanos
La exposición “Top Secret”, dedicada a la Cinémathèque française a las películas de espionaje hasta el 21 de mayo, se revelaron mediante una presentación donde la realidad supera a la ficción en muchos sentidos. son como las tres videos producidos por el grupo de investigación de Arquitectura Forense, con el apoyo de la ONG Amnistía Internacional y la plataforma Citizen Lab, sobre el uso del software espía Pegasus, entre otras cosas, encuentros con periodistas y defensores de derechos humanos.
Uno de estos videos trata del caso de México, y más concretamente de la “desaparición” de cuarenta y tres estudiantes, en el suroeste del país, en septiembre de 2014. Sí está probado que el ex juez Tomás Zeron, cuyo El papel que ya había sido fundamental en la adquisición de Pegasus por parte de las autoridades mexicanas, hizo todo lo posible para sabotear la investigación de este crimen masivo, el software apuntando a las familias y los defensores de las víctimas para espiarlas mejor. A pesar de una orden de arresto internacional, el Sr. Zeron pudo encontrar refugio en Israel, cuyo gobierno se niega a extraditarlo a México.
Apuntar a las víctimas en lugar de a los culpables
El mundo se asoció con otros quince editores en el marco del “Proyecto Pegasus”, una vasta investigación sobre el uso de este software desarrollado y comercializado por la empresa israelí NSO. Parece que “México fue el primer país del mundo en comprar el software Pegasus”a partir de 2011, convirtiéndose “una especie de laboratorio para esta tecnología de espionaje”.
Los primeros dos clientes oficiales de NSO en México fueron dos agencias de inteligencia que operaban fuera de cualquier control judicial. Pero la adquisición de Pegasus por parte del Ministerio Público de la República, Jesús Murillo Karam, banaliza el uso de este software, con unas 15.000 personas espiadas entre 2014 y 2017. El hombre clave en esta judicialización de Pegasus es el señor Zeron. criminal, designado en 2013 por el Sr. Murillo Karam para dirigir la flamante Agencia de Investigación (AIC).
El Sr. Zeron afirma que los policías deshonestos entregaron a los estudiantes a una banda de narcotraficantes.
En septiembre de 2014, cuarenta y tres estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, que salían en autobús para manifestarse en la Ciudad de México, “desaparecieron” tras ser atacados por la policía local. El señor Zeron es el encargado, en nombre de la AIC, de arrojar luz sobre este drama que despierta una inmensa emoción en México. Afirma que policías corruptos habrían entregado a los estudiantes a una banda de narcotraficantes que, tomándolos por miembros de un cartel rival, los habrían masacrado, antes de incinerar sus restos en un basurero municipal. Tal es la versión oficial de esta carnicería, que el señor Zeron repitió bajo el nombre de “verdad histórica”.
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