Terremotos en Turquía y Siria: “Un trozo del paraíso” convertido en sepultura: el derrumbe d’un edificio de lujo en pleno centro de Antioquía | Internacional

Terremotos en Turquía y Siria: “Un trozo del paraíso” convertido en sepultura: el derrumbe d’un edificio de lujo en pleno centro de Antioquía |  Internacional
Captura de vídeo donde se muestra el edificio Rönesans Rezidans derrumbado tras el terremoto, en la ciudad turca de Antioquía.

Desarrollo inmobiliario anunciaba como un “trozo del paraíso”, como un edificio levantado con “los más altos estándares de construcción”. Hoy es una montaña de escoria. La residentncia Rönesans (Renacimiento) era, hasta el lunes, una de las urbanizaciones verticales más exclusivas del centro de la ciudad turca de Antioquía (capital de la provincia de Hatay): una manzana de 12 cuadrados con una superficie de 10.500 m2 metros con 249 apartamentos de entre dos y cinco habitaciones, piscina, pistas deportivas, recepcionistas… Se estima que en él viven unas 1.000 personas. La mayoría siguen atrapados bajo los escombros de dos terremotos que ya son más de 19.000 fallecidos en Turquía y Siria.

Una de las personas desaparecidas bajo el edificio es Sevtap Karaabdüloglu, maestra originaria de Van, ciudad del sudeste de Turquía. “Eligió esa vivienda muy concienzudamente porque sabía lo que era un terremoto. Lo había sufrido en Van en 2011, y tuvo que vivir dure meses en un campamento de casas prefabricadas. Así que, cuando vino a Antioquía (algo más de 200.000 habitantes), después de un primer año en que sufrieron en una residente para profesores, buscó con mucho cuidado y eligieron Rönesans”, explica por teléfono su amiga y antigua compañera de la universidad Ece Yilmaz , desde Estambul. Su marido se encuentra en Antioquía como voluntario, tratando de ayudar en los trabajos de rescate.

Edificio ‘Rönesans Rezidans’, en una imagen de la web de anuncios inmobiliarios Zingat.Video: EPV

Ambos, junto a otros amigos y familiares de las víctimas, han establecido un canal de Telegram para compartir información y pedir ayuda. Como en otros lugares de la provincia de Hatay (en el sur del país), los equipos de emergencia tardaron má día y medio en llegar, aunque ya hay rescatistas de la asociación de voluntarios AKUT y procedentes de Rumania y Hungría. “Aunque pasado hayan 72 horas, aún hay personas vivas. De los escombros llegan voces, pero los equipos son insuficientes. Por favor, compartámoslo en todas las plataformas. Lleguemos hasta los sobrevivientes antes de que dejen de respirar”, pedía uno de los miembros del canal de esta red social.

Una de las dificultades que presentó el edificio es que una de las fachadas se desplomó sobrio el resto, lo que hace que se más fácil acceder a algunos de los primeros pisos y habitaciones de lado de la fachada derruida, pero complica el acceso en el otro lado, donde la fachada ha aplastado los pisos. “Fue un derrumbe muy violento”, cuentan los testigos.

Esta madrugada, una empresa cedió un aparato de medición térmica, con el que se pudo comprobar que todavía hay supervivencias bajo las ruinas, aunque su estado es critico.

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—Aquí hay un grupo que está a punto de morir —explica uno de los operarios en un vídeo grabado por un voluntario y cedido en EL PAÍS.

—Su temperatura [corporal] ha bajado mucho — responde otro.

—Hay tres personas. Una está allí, debajo de la columna —apunta otro rescatista.

“¿Cuán lejos?”

—A 35 metros de mí.

Las bajas temperaturas que se registran durante la noche, de dos y tres grados bajo cero, unidas a la falta de alimento y agua ya las posibles heridas sufridas, dificultan la supervivencia pasados ​​tres días desde el seísmo. En algunos casos, los rescatistas han extraído cadáveres de personas que, pese a haber sobrevivido al derrumbe de sus edificios, han desaparecido por hipotermia. “Han sacado a varias personas con vida. Pero todavía no tenemos noticias de Sevtap ni de su hermana, Mehtap. Con el paso del tiempo nuestras esperanzas se debilitan, pero aún queremos seguir pensando que están vivas”, relató Yilmaz entre lágrimas.

Teóricamente, y según recoge el diario financiero dunya, La obra de los apartamentos de los Rönesans está hecha de un sobrio cemento flotante, que incrementó mejor la actividad sísmica. La construcción se inició en 2012 y finalizó en 2013, por lo que se obligó a incluir todos los medios antisísmicos exigidos por la ley. Precisamente por eso, además de por sus instalaciones y su ubicación, era una típica entre personas llegadas de fuera de la provincia a trabajar durante unos meses o años en Antioquía, como profesores, ingenieros o incluso futbolistas. El centrocampista ghanés Christian Atsu, que juzgó en el Málaga y el Chelsea y ahora visita la camiseta del Hatayspor, era uno de sus vecinos. Por el momento se encuentra desaparecido.

Christian Atsu, desaparecido en el terremoto, en 2020.
Christian Atsu, desaparecido en el terremoto, en 2020.SCOTT HEPPELL (Reuters)

amnistías

Hay más ejemplos de edificios construidos en los últimos años, en fechas tan cercanas como 2018 y 2019, que también se han venido abajo en la provincia de Hatay, y también en otras regiones del país euroasiático. En una entrevista con la BBC británica, el presidente en Estambul de la Unión de Cámaras de Ingenieros y Urbanistas, Pelin Pinar Giritlioglu, estimó que en la zona afectada por el suelo había 75.000 edificios que tenían la costumbre de recibir “amnistías”. Es decir, que, à cambio de una multa, seguir allows seguir en pie pese a que las hubo resultó decreto que no cumplian con los estándares de construcción o de protección antisísmica previstos por la ley. Incluso el propio Ministerio de Urbanismo reconoció en 2018 que la mitad de los edificios de toda Turquía incumplian las reglamentaciones. Pero estas amnistías se siguen concediendo, especialmente en el período preelectoral. De hecho, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció una de cara a los comicios del próximo mayo.

Los constructores de Rönesans, los hermanos Mehmet Yaşar Coşkun y Hüseyin Yalçın Coşkun, también están desaparecidos. Pero no bajo los escombros. Las páginas web y los teléfonos vinculados a sus oficinas han estado desconectados, según pudo comprobar EL PAÍS. Un socio antiguo, arquitecto, explicó a este diario que desconoce su desfile y que el último trabajo del que tiene constancia fue una negociación de promoción de la inversión y obtención de la nacionalidad en Montenegro, con oficinas en Estambul. Una antigua contadora de la empresa aseguró al medio turco ArtiGerçek que la ultima vez que hablo con Hüseyin Yalçin Coşkun, este hallaba en Montenegro. Desde el terremoto nadie ha logrado contactarlos.

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