Gianluca Vialli murió por cáncer de páncreas, luto Italia y fútbol mundial – Fútbol Internacional – Deportes

A lo largo de su carrera, el capitan italiano, Gianluca VialliFallecido este viernes con 58 años, conquistó los mayores trofeos del fútbol, ​​​​​​goleó con su selección y, ya en la dirección desde el banquillo, derivó incluso de «amuleto» de la buena suerte para su amigo Roberto Mancini.El futbolista ha muerto en Londres le provocó un tumor de páncreas que padecía desde 2017.

Luto por la muerte del goleador

Vialli nació el 9 de julio de 1964 en la norteña Cremona, donde en su juventud iniciaría su exitosa carrera futbolística: su primera elástica fue del equipo local, el Cremonese.

Con 20 años, en 1984, dio un paso adelante fichando por la Sampdoria, donde fraguó un número a lo largo de ocho temporadas en las que alzó un «Scudetto», tres Copas Italia, una Supercopa Italiana y jugando una final de Liga de Campeones , perdido en Wembley contra el Barcelona.

En 1991 fue coronado además como el máximo goleador de la Serie A italiana. Pero la cumbre del «calcio» le esperaba no muy lejos, en el Juventus de Turin, equipo en el que militaría colgante cuatro temporadas que le valieron para recoger su segundo «Scudetto», una Copa Italia, otra Supecopa y una Copa UEFA.

Pero también el más importante, su primera «Orejona», como capitán en aquella noche en la «Vecchia Signora» derrotó al Ajax en la final romana de la Liga de Campeones, en la tanda de penalti.

Estuvo en el trampolín de la Premier League y en 1996 se cayó de un avión y voló al Chelsea, durante el cual jugó muy temporadas. Fue allí donde en 1999, con 35 años, soltó colgar las botas y emprender una carrera de entrenador -también en el Watford- que no le depararía demasiados éxitos.

Aunque fue en la capital británica donde conocería a su esposa, Cathryn, y formaría una familia con dos hijas, Olivia y Sofia.

El delantero engrandeció también a la selección italianacon la que jugó en 59 ocasiones marcando un total de dieciséis goles, desde su debut el 16 de noviembre de 1985 en un amistoso contra Polonia.

Vialli participó en los Mundiales de México 86 y de Italia 90 -alcanzando las halffinales en este último-, y en la Eurocopa de Alemania Occidental 88, en la que también logró las semifinales. Pasarían casi dos décadas, hasta 2019, para que volviera a formar parte de un banquillo; lo hizo de la mano de su amigo Roberto Mancini, nombrado jefe de la delegación de la selección italiana. Solo dos años después levantaría una Euro 2020 tras ganar a Inglaterra, jugando de hecho un curioso papel: el de talismán.

Su figura convertida de hecho en una especie de amuleto dure el convertido del torneo, ya que, en el segundo día del campeonato, el autobús falló por error del hotel sin él y tuvo que dar la vuelta para recogerle. El resultado positivo ante Suiza esa noche hizo que el fallo se convirtiera en un ritual que repitieron en el resto de partidos (Gales, Austria, Bélgica, España e Inglaterra) hasta coronarse campeones.

Sus logros deportivos le valieron diversas condecoraciones en Italia, como la Medalla de Plaza al valor atlético por su papel en el Mundial de 1990; Caballero de la República Italiana and Comendador por la victoria italiana en el campeonato europeo al que dio suerte.

La fermedad que acabó con su vida le sobresaltó en 2017
obligándole recientemente, el pasado 14 de diciembre, a abandonar su cargo como jefe de delegación de la Azzurra.

Is the second muerte qu’afecta al fútbol italiano en menos de un mes, tras la del serbio Sinisa Mihajlovic, exjugador del Inter, Milano o Lazio, entre otros, que pasaron el 16 de diciembre a cause de una leukemia que padecía desde 2019.

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