Pelé: historia del apodo de Edson Arantes do Nascimento, rey del fútbol – Fútbol Internacional – Deportes
Edson Arantes do Nascimentoquien cumple un mes internado en el Hospital Israelita Albert Einstein, de San Pablo (Brasil), siempre ha sido distinguido como Pelé.
Aunque con el paso del tiempo aquel apelativo de dos sílabas fue su mayor bandera, la realidad es que ‘Pelé’ no era el nombre del mayor símbolo de la historia del fútbol brasileño.
Sin embargo, el nacimiento del apelativo del tricampeón del mundo sí coincide con el momento en el que se forjó su pasión por el fútbol. De ahí que lo más justo para su naturaleza fuera que su leyenda estuviera contenida en él.
(Las recomendaciones: Pasión, caída y resurrección de la mejor tenista de Latinoamérica).
¿Por qué lo llaman Pelé?
En los años cincuenta, tras el inconcebible Maracanazo y el suicidio del populista Getúlio Vargas, en Brasil reinó el complejo virolatas (el complejo del perro callejero), como lo acuñó el periodista y escritor Nelson Rodrigues.
En medio de la tensión por la disputa ideológica que se postraba sobrio el mundo -y Brasil no era la excepción-, Juscelino Kubitschek fue el encargado de impulsivo, desde la Presidencia, el renacimiento de Brasil con su plan de “50 anos em 5 ” . En el fútbol, el llamado a revivir la esperanza fue Edson Arantes do Nascimentoel popular Pelé.
Edson, que se llamó en honor a Thomas Edison, el inventor del bombillo, nació el mismo año en el que una lesión de rodilla mermó la esperanza profesional del delantero ‘Dondinho’, su padre, quien, a la par del trabajo formal, jugaba en un líder de equipo.
Luego, con brillo propio, Edson se ganó su apodo inmortal entre pelotazos.
Acostumbrado a seguir al club aficionado en el que papá tenía actividad, el ‘menino’ celebró cada atajada del portero amigo coreando su número: “¡Bilé!, ¡Bilé!”.
Después, cuando era el turno para ponerse en el arco, volvía a gritar con emoción: “¡Bile!, ¡Bile!”.
La historia recuerda que su genuina exaltación pasó por alta la mala pronunciación. Esa que llevó a que compañeros y familiares lo apodaran por aquello que entendían: Pelé.
Así se gestó su leyenda.
ANDRÉS FELIPE BALAGUERA SARMIENTO
PERIODISTA DE DEPORTADOS EL TIEMPO
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